JULIO SÁNCHEZ . TEXTO CURATORIAL "VANIDAD DE VANIDADES"

Allochis, quien se ha especializado en staged photography (fotografía escenificada) y retocada digitalmente, en esta oportunidad presenta un conjunto de obras en las que se identifican diferentes grupos o asociaciones como masones, judíos ortodoxos o mariachis. En cada foto hay alusiones a la historia del arte y reinterpretaciones de obras muy icónicas como El entierro del Conde de Orgaz de El Greco, cuyos personajes aparecen como mariachis adorando una máquina de pinball de Star Trek, una serie televisiva donde también aparece la búsqueda del infinito. El artista recupera tradiciones pictóricas como los bodegones y retratos corporativos de la pintura holandesa del siglo XVII, como la tradición de la fotografía post mortem del siglo XIX. Allochis señala que le interesan los “intentos de trascendencia del hombre, la necesidad de reconocimiento social mediante la generación de jerarquías, para simular un status superior al estado físico y mortal del cuerpo biológico. A través del tiempo el hombre ha creado rituales, religiones, monumentos y homenajes con el vano objeto de evadir la existencia pasajera y perecedera del cuerpo”. Además de las copias fotográficas el espectador podrá participar de una instalación creada para el espacio de VITRIOL, sobre la que Allochis explica “invita al público a posar detrás de una mesa con atributos simbólicos que encarnan la preocupación universal por lo perecedero del cuerpo y la necesidad del hombre de crear estrategias de evasión de la muerte. Cada persona verá en la instalación un espejo de lo que hacemos cada día para sentir que vale la pena vivir. En una mesa aparecen elementos que aluden a la sabiduría, la abundancia, la riqueza, la premiación y la búsqueda espiritual. Depende de cada uno elegir su propia estrategia para trascender”.

Siguiendo a Carl Gustav Jung, Allochis cree que los símbolos no mueren, sino que se transforman y que tienen sus equivalentes en diferentes culturas por más que su apariencia sea disímil. Los símbolos tienen la capacidad de enunciar significados que van más allá de su soporte material y son la evidencia de la necesidad del hombre de trascender la materia. En sus fotos hay símbolos de gloria vana por todas partes: medallas, perros de diseño, joyas, perlas, anillos y títulos honoríficos, todos acompañados de su rotundo fracaso, la muerte. La muerte está citada mediante obras clásicas de la historia del arte o temas de la iconografía cristiana. El intenso uso del negro (color funerario por excelencia en nuestra cultura) es un memento mori -recuerda que morirás-. Con los artilugios que posibilita la fotografía digital la serie que presenta Allochis en esta oportunidad, subraya aquella vieja sentencia del Eclesiastés: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

ANDRÉS ISAAC SANTANA . TEXTO CURATORIAL PHOTOESPAÑA 2019

Fábrica de hombres, hace parte de un ensayo fotográfico mayor en el que el artista argentino, Leandro Allochis, somete a discusión el concepto de masculinidad y los dispositivos tecnológico-retóricos que sirven de base (y aderezan) la construcción (y la falsa fundación) de arquetipos culturales asociados la figura del macho. Toda su obra, rica y prolija, podría entenderse como un constante ejercicio de irreverencia. Hablamos de una fotografía esteticista fuertemente semiotizada, en la que no existe margen a la improvisación y al error. Allochis trabaja sobre narraciones conceptuales muy bien orquestadas que apuntan hacia la consideración del género como una postura concertada, sujeta siempre al carácter performativo y teatral que resultan caro a toda puesta en escena. “Mis fotografías -señala el artista- reproducen al milímetro las convenciones de los retratos tradicionales de hombres de poder (especialmente desde el Renacimiento a la Revolución Industrial) para -en un primer vistazo- pensar que se trata de otra repetición de las modelizaciones de masculinidad tradicional. Pero si se mira con atención, cada retrato contiene una falla, una huella que deja ver el detrás de escena, el disfraz, el simulacro que impone el patriarcado y del que también los hombres estamos presos”. En este sentido, y en virtud de ello, resultan imágenes inquietantes, de un magnetismo sobrecogedor y de una rentabilidad estética poco menos que envidiable. Su audacia le revelan como un artista conceptual en toda regla. Considerando, claro, que la conflictividad de los conceptos no está reñida con la belleza y con la seducción, menos aún, con el poder subversivo de ambas.

PHotoESPAÑA . Exhibición "Social Subjetiva" . Comisario: Andrés Isaac Santana . 16 - 31 Julio 2019 . Ateneo de Madrid

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JOHN PULTZ . ENTREVISTA PARA "UDK" KANSAS UNIVERSITY DAILY

John Pultz, Profesor Asociado en el Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Kansas, fue uno de los seis autores de "El cuerpo Simbólico: representación y cuerpo contemporáneo". En este libro, Pultz analiza la obra del fotógrafo argentino Leandro Allochis y el particular enfoque que el artista presenta en sus retratos.

"Fue interesante analizar la obra fotográfica de Allochis, ya que provenía de un entorno cultural diferente y esto presentaba también una mirada diferente", afirma Pultz. "Nunca había visto a alguien usar modelos y efectos digitales de manera tan particular". Allochis a su vez comenta como el planteo de Pultz en su libro “La Fotografía y el Cuerpo”, se alinearon con muchas de sus propias perspectivas estéticas. "Me interesa la capacidad del arte para desafiar las ideas colectivas tradicionales y poner en discusión sus estereotipos", dijo Allochis.

Los retratos de Allochis incorporan ilustraciones digitales que Pultz describe como intervenciones "surrealistas". "Me interesó especialmente su propuesta de que la fotografía de una persona no es solo la imagen de un cuerpo, sino una declaración sobre un tiempo y una cultura específicos".

La pasión de Pultz por la fotografía ha crecido a lo largo de los años. El mayor acceso que esta práctica ha obtenido como forma de arte en los últimos años, ha permitido conocer nuevos artistas y obras que usan múltiples medios, incluso ampliando los límites convencionales de lo fotográfico.

"Estamos en un momento emocionante donde todos llevamos una cámara de fotos en el bolsillo", dijo Pultz. "Cuando estaba en la Universidad, la fotografía se reducía a trabajar en el cuarto oscuro y de forma solitaria. En cambio, ahora la tecnología nos permite tomar una foto y compartirla con otros de manera inmediata". Pultz encuentra fascinante el modo en que plataformas como Instagram y Facebook han incidido en el cambio de paradigmas sobre la imagen, incluso como un espacio de valor potencial de experimentación. A su vez afirma que la profusión de imágenes que permiten las redes hacen también cada vez más difícil formarse una opinión sobre las imágenes.

"Un estudiante me pregunta -¿Por qué ciertas fotografías reconocidas serían mejores que las que veo en mi teléfono?-“, cuenta Pultz, "Lo que me hizo entender el nuevo desafío ante el que nos encontramos, en relación a construir un nuevo sentido de juicio sobre las imágenes, en la era de las redes sociales. No necesariamente la profusión mediática de fotografías hará que surjan “mejores” fotografías, pero si nos ayuda a comprender mejor nuestro tiempo y nuestra cultura, y nuestra presencia dentro de ese escenario".

Finalmente, Pultz entiende que en esta contemporaneidad donde hay disponible tal cantidad y multiplicidad de imágenes para observar, donde cada producción fotográfica es una mirada absolutamente particular sobre el mundo, sino permitirse un acercamiento más natura hacia las fotografías, sin intentar aplicar reglas o juicios totalitarios.

JULIO SÁNCHEZ . TEXTO CURATORIAL SERIE "EFECTOS SECUNDARIOS"


DESEO DE HOMBRE

Dos escalones arriba la Virgen está sentada en un trono y sostiene al Niño; abajo, santos reconocibles por sus atributos la veneran silenciosamente. La escena era frecuentemente pintada por los artistas del Renacimiento italiano que llamaron “Sacra Conversazione” a este tipo de representación. Seis santos rodean a la Virgen que pintó Andrea del Sarto, Giovanni Bellini introdujo un ángel que toca un instrumento de cuerdas, mientras cuatro santos inclinan sus cabezas en señal de humildad y devoción. En su última serie fotográfica Leandro Allochis se vale de esta tradicional iconografía para ensayar una reflexión sobre la construcción de un ideal masculino. 

En el centro de la composición hay un hombre discreto y joven, vestido con jeans y camiseta blanca, botas negras y anteojos; no lo rodea una corte celestial, sino medicinal: enfermero, médico y (quizá) anestesista. Cada uno con su uniforme sanitario, guardapolvo o barbijo, todos reproducen gestos familiares en temas cristianos como el beso de Judas, la Lamentación, el Descenso de la Cruz, o la expulsión del Paraíso. En las fotos la sacralidad se ha tornado aséptica y los personajes hospitalarios actúan sobre el cuerpo de aquel santo sin milagros, curan las heridas con vendas y aplican tensiómetros y transfusores de sangre. Las radiografías, ecografías, cardiogramas y dibujos anatómicos recuerdan las filacterias (cintas) tardomedievales que señalaban algún aspecto característico del personaje que las portaba. Ahora bien, ¿a qué va tanta referencia iconográfica? Allochis está planteando una nueva santificación (o divinización, como hacían los egipcios con sus faraones o los romanos con sus emperadores), la del cuerpo masculino. El artista ya había trabajado con los estereotipos consolidados por la ropa y los uniformes de tareas netamente varoniles, ahora posa su mirada sobre otro estereotipo, el cuerpo musculado y exagerado en la virilidad. 

Los griegos decían que la mejor vestidura del hombre era su propio cuerpo y por eso se entrenaban en la palestra. Hoy, el cuerpo puede perfeccionarse con cirugías, anabólicos, implantes de todo tipo, y rigurosos entrenamientos deportivos para llegar a un modelo más o menos normalizado de la masculinidad. Ya no se busca “mens sana in corpore sano”, sino un cuerpo que responda a los cánones creados por la estética publicitaria. En las fotos de Allochis el hombre recibe una transfusión extra de sangre a sus cuerpos cavernosos y hasta un tratamiento de acupuntura que trata de optimizar el funcionamiento del órgano masculino. Bajo la mirada del artista la nueva masculinidad construida por los medios es cuestionada desde todo punto de vista, pues impone un horizonte que no permite la individualidad o la diferencia, una juventud edénica e inmutable, un sometimiento incondicional a la moda y un erotismo centrado en la genitalidad. Los caminos para llegar a ese cuerpo pueden ser tan dolorosos como cargar una cruz, una corona de espinas y cuatro clavos en las manos y los pies; más aún, además del dolor físico también se instala una avidez insalubre por pertenecer a una manada salvaje que está dispuesta a excluir al “anormal”, al que salga de la norma.

Allochis parece decirnos que el modelo de masculinidad instaurado en los últimos años no es más que una nueva y fatua divinización del cuerpo; a la vez, el uso que el artista hace de la iconografía cristiana es también una pregunta sobre la ausencia de sacralidad: ¿es el hombre puro cuerpo martirizado en pos de una estética, un santo sin aureola ni santidad?

Julio Sánchez
Licenciado en Historia del Arte y Master en Gestión Cultural. Su trabajo abarca la critica de arte, la docencia y la curaduría y es convocado a participar como jurado en importantes premios. Fue docente de la UBA, New York University, UNTREF, UMSA y actualmente en la Universidad del Cine. Escribió para revistas como La Maga, Lápiz, Museum, Artinf, Cultura, ADN La Nación y Arte al Día. Recibió distinciones y premios tanto de la AACA y Fundación Pettoruti

RODRIGO ALONSO . "MIRADAS AUSTRALES"

Por sus características geográficas, la Patagonia Argentina no ha podido escapar con facilidad a la omnipresencia del paisaje. Los horizontes interminables, el vasto mar, la naturaleza pujante, lagos, ríos y montañas eternas convocan con insistencia la mirada, reclaman el reconocimiento de su triunfo sobre el tiempo y su necesidad para todo lo que vive.

(...) Miradas Australes propone un recorrido por la fotografía de la Patagonia Sur desde una perspectiva netamente contemporánea. Escapando a estereotipos y clichés, los artistas reunidos en esta muestra prefieren indagar en los aspectos menos evidentes de la zona, en su cartografía e historia, en sus signos y entornos urbanos.
Para ello, recurren a lenguajes y soportes fotográficos plurales. Registros y puestas en escena, tomas directas y tratamientos digitales, copias de autor e instalaciones confluyen en este panorama amplio y diverso de la producción fotográfica reciente de este singular sector de nuestro país.
El paisaje no está necesariamente ausente, pero si aparece extrañado, enrarecido. En muchos casos es sólo una huella, un contexto aludido o una presencia invisible pero latente. En otros, hay una aproximación poco común que llama la atención sobre datos inadvertidos y detalles sutiles.
En las fotografías de Leandro Allochis la opresión pasa por los objetos y las posesiones. Toda pertenencia parece ser a la vez un instrumento de identidad y de sumisión, de expresión y de dominio. Los objetos más banales adquieren un carácter simbólico definitivo, fetichista; dotan a sus poseedores de un rasgo de personalidad a la vez que los congelan en relaciones de poder o estereotipos.

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SERGIO BAZÁN . BECA "FUNDACIÓN ANTORCHAS"

“Cabe destacar del autor la mirada ajustada que tiene en su visión del Arte Contemporáneo. En sus fotografías y ediciones, como parte de los discursos de la sexualidad gestados en estos tiempos, la obra de Leandro Allochis muestra diferentes posturas y acercamientos a las acciones, elementos y vestimentas recurrentes del ser humano y por lo tanto de la historia del arte como producto humano.
Con una manufactura sumamente detallada, capta escenas explícitas en la imagen como arquetipo, en los "nuevos uniformes". Cada imagen y foto elegida se enlaza con la siguiente por la imagen que genera en su totalidad.
La obra que trabaja L.A., explícita en su radicalismo, va dirigida a una sociedad adulta, dispuesta a ser confortada por el tema ( elegido ), pero ante todo por la contemporaneidad de las imágenes que reúne y prioritariamente, por los discursos críticos sobre la "imagen" que estas obras emplazan."
Sergio Bazán – Artista Plástico